El placer de una boca
una lengua, una respiración
entrecortada,
extensa,
tranquila.
Un intercambio de fluidos
con el consentimiento de ambos
un poco de esos vicios
y de nosotros mismos
frente al espejo del reflejo de los ojos
y cruzando el umbral que nos separó
la vergüenza, la duda, la cobardía,
El sueño a través de tu almohada
que por coincidencia es la mía,
no alcanzamos a dormir
y otra vez ya es de día.
rebalsado
Hace 8 años
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