jueves, junio 13

Diario - 5

Llamó a la puerta diez para las tres
y cuando se fue dejó su beso impregnado en el aire
como si mis mejillas pudieran sentirlo,
yo sabía que no, es cosa de mirar
mis pupilas buscaron sus ojos un buen rato,
por la pieza, la cocina, el comedor..

Cuando se fue dejó en el suelo la incertidumbre
que se me pegó a los pies como chicle en el colegio,
de ahí que ando medio pegada al piso y medio revoloteando al cielo,
esperando que me agarre y me despegue completamente del suelo.

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