domingo, febrero 10

Aún no

Estuve a un minúsculo paso de tu párpado virgen
De tus ojos, siempre en penumbra
Irreconocibles, todo el tiempo
Perdidos en el claustro de tus pómulos
Deslizando su luz por tu nariz, como si fuese un trampolín
Que desemboca en un cojín blando y rojo,
Que me sonríe.

Y no se tocan, ni se miran.
Ni se conocen..
Todavía.

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