martes, julio 7

Entre sirenas y soles nuevos un poco de ciencia no viene mal


La agonía de la última sinfonía palpada por tus dedos, dulces pecas de colores me perturban, noche oscura, noche joven.
El oscuro canto de tu guitarra nueva me recuerda una antigua, una que sonó hasta hace poco en mi cabeza, el pasado se hizo presente y se apagó.

Amanezco con tu solcito nuevo, desconocido y poco investigado, joven de manos frágiles y tímidas, que se esconden en los bolsillos de tu chaqueta.
Torso delgado, ojos marrones, pelo oscuro y más pecas que pestañas.
NO, no crea usted, joven que yo estoy enamorada.
Eso jamás, no denuevo, no voy a caer otra vez. Aunque usted sea piedra distinta, yo estoy concentrada mirando el piso.
Sonrisa perfecta, ¿otra vez? SI, parece que esa es la tortura ácida de los encantos.
Suena música que me recuerda rostros denuevo.
Y el canto de mis sirenas me invita a cantar con ellas, en mi cabeza, bailo, grito, salto, vuelo, estoy ahí, sin piernas.
Sirena perdida y destartalada, mi pelo negro al viento.
Para que soñar, si siempre me cortan el sueño.

-Deja de andar en la luna
-No puedes pretender vivir así
-La vida no es así como la manejas
-Estudia, no vivas.
-Estudia, no salgas.
-Estudia, vamos a tener que apretarte un poco.
-ESTUDIA!

Química
Matemática
Biología
Física

¡Y todo lo bloquea la filosofía!

Oye, jovensito de las pecas revueltas: Sácame de aquí.

0 trenzitas: